El estudio

BEA es un estudio español sobre salud y medio ambiente cofinanciado por el MAPAMA y cuya sede es el Área de Toxicología Ambiental del Centro Nacional de Sanidad Ambiental del Instituto de Salud Carlos III, con una larga trayectoria en este tipo de estudios. Este estudio trata de conocer la exposición a contaminantes ambientales en adolescentes, población de la cual se dispone de pocos datos a escala europea, compartiendo por tanto objetivos del programa Horizonte 2020 a través del proyecto HBM4EU.

A diario estamos expuestos a una gran variedad de sustancias químicas: las respiramos, las ingerimos a través de los alimentos o nos exponemos a ellas a través de nuestra piel. Muchos de estos productos no son peligrosos, pero es importante conocer el grado de exposición a cada sustancia y cómo esa exposición afecta a nuestro organismo a corto o largo plazo. En BEA se evaluará la exposición de adolescentes a sustancias químicas presentes en el medio ambiente mediante la llamada Biomonitorización (Monitorización Biológica Humana, HBM). La biomonitorización se define como la estimación de la exposición a sustancias químicas presentes en el medio ambiente mediante la medida directa de dichas sustancias o sus metabolitos en matrices biológicas (sangre, orina, pelo, etc.).

Este tipo de estudios proporcionan una herramienta muy útil en salud pública para conocer la exposición a contaminantes ambientales de la población general. La biomonitorización permite identificar y eliminar posibles fuentes de exposición, estudiar relaciones entre contaminantes y posibles efectos en la salud, identificar grupos de poblaciones vulnerables a determinados contaminantes y fijar prioridades en investigación sobre medio ambiente y salud.

La biomonitorización es utilizada también en políticas de salud, como base para el desarrollo de leyes encaminadas a la reducción de la contaminación por productos químicos. Un ejemplo es la introducción de la gasolina sin plomo: desde su implantación se demostró una reducción importante de los niveles de plomo en sangre de la población. Teniendo en cuenta que está demostrado que la inhalación de plomo puede dañar el sistema nervioso, la reducción de los niveles ha disminuido, por tanto, el riesgo de daño al sistema nervioso.

Además, los estudios de biomonitorización constituyen una herramienta muy útil para conocer la eficacia de las medidas políticas medioambientales adoptadas.

En BEA participan un total de 500 adolescentes, estudiantes de 3º y 4º de la ESO en Institutos de Educación Secundaria públicos de 10 ciudades de comunidades autónomas diferentes y se analizan las concentraciones de bisfenoles, ftalatos, triclosán, cadmio en orina y mercurio en orina y pelo. En las muestras de cabello mediremos mercurio, presente ampliamente en nuestra vida cotidiana, por ejemplo en los empastes de amalgama. En las muestras de orina se medirá bisfenol A, triclosán, ftalatos, mercurio y cadmio, compuestos ampliamente presentes en nuestro entorno.

¿Qué ciudades participan en BEA?

Las 10 ciudades que participan en BEA son: La Coruña, Santander, Valladolid, Zaragoza, Madrid, Badajoz, Albacete, Alicante, Las Palmas y Granada.

¿Cuál es el tamaño muestral?

La población de estudio de BEA está compuesta por 500 adolescentes de ambos sexos, residentes en capitales de provincia españolas y que asisten a 3º y 4º de la ESO en Institutos de Educación Secundaria públicos de la zona urbana. Además, deben haber residido en la misma ciudad durante al menos cinco años.

¿Qué conlleva participar en BEA?

  • Donar una muestra de pelo (un pequeño mechón) y una muestra de orina.
  • Responder a preguntas de varios cuestionarios relacionadas con hábitos de nutrición, lugar de residencia, etc.
  • Consentir en que las muestras y la información recogidas puedan ser utilizadas por los investigadores del proyecto.
  • Dar autorización para el almacenamiento de las muestras durante 10 años en un biobanco.

¿Qué riesgos tiene participar en BEA?

Participar en este estudio no tiene ningún riesgo. Durante el mismo, todos los datos serán codificados y no incluirán ningún aspecto personal que pueda identificar al adolescente, cumpliendo con lo que las leyes y regulaciones existentes en materia de protección de datos determinan (Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre de Protección de Datos de carácter personal). Los resultados globales del estudio en cada Instituto serán facilitados de forma anónima, por otra parte individualmente podrán proporcionarse los resultados obtenidos a aquellos alumnos que lo soliciten.